Hace tiempo que había leído este chiste pero ya lo había olvidado, pero el buen Andrés Borbón me hizo recordarlo y creo que lo aplicaré algún día jeje. Regla 1: Si te estacionas delante de mi casa y tocas el claxon, será mejor que vengas a entregar un paquete, porque no conseguirás otra cosa. Regla 2: No tocarás a mi hija delante de mí. Puedes mirarla siempre y cuando no sea fijamente y siempre por encima de su cuello. Si no eres capaz de mantener tus ojos y tus manos alejadas del cuerpo de mi hija, sencillamente te los arrancaré. Regla 3: Estoy enterado de que la gente de tu edad considera muy moderno llevar los pantalones tan flojos que parece que se les vayan a caer en cualquier momento. Por favor no lo consideres como un insulto, pero tanto tú, como el resto de tus amigos son unos completos idiotas. Aun así, deseo ser agradable y de mente abierta ese aspecto, así que te propongo lo siguiente: Puedes venir a mi casa enseñando la ropa interior y con pantalones diez tallas más gran...
Uno de esos días cuando no se puede conciliar el sueño, recordé lo que había pasado hace ya varios años y ahora convertido en una entrada para el blog, espero llenar la mente del lector que gusta de esas historias basadas en experiencias, con lo desconocido e inexplicable. Decidí escribir estas pocas lineas , en un vago intento de entretener a quienes no duermen por las noches o las personas que son bendecidas con la ignorancia de no saber, de no experimentar en carne viva el terror de pasar por estas situaciones. Ahí detrás de estas páginas espero que disfruten con el sufrimiento ajeno, se que se sentirán parte de la lectura, pero no los protagonistas, es demasiado arriesgado intentarlo, demasiado real para soportarlo. ... A pocas horas de llegar a esa ciudad con la intención de iniciar mis estudios superiores, ya que en el pueblo de donde soy originario solo hay escuelas de educación básica y mas recientemente una preparatoria, como cualquier persona nueva en la ciudad, me sentía ...
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